
Este planeta en el que vivo es pequeño y se llama realidad. Pero aveces le cambio el nombre y lo llamo ilusión. No sé cuando soy feliz... si cuando lo llamo 'realidad' o cuando lo llamo 'ilusión'. REALIDAD es cuando tenes miedo... pero te inventas un abrazo y le pones su rostro, su olor, la fuerza de su cuerpo. Realidad es cuando llamas por teléfono y ningun amigo te contesta... no están o están tan ocupados que no devuelven el llamado. Para ser sincera, cuando llaman es cuando necesitan contarte un problema y recibir una palabra de apoyo, de aliento, una frase que les aclare el pensamiento y les saque la angustia. Pero mi angustia ¿A quién le importa? Voy a aprender a callarme para no espantarlos. Las palabras rotas se vuelven en cuchillos. Por eso no puedo vivir siempre en el planeta 'realidad' y doy vuelta el cartel de su nombre porque del otro lado dice 'ilusión', y allí es donde suena la canción más linda y Romeo lée las cartas que Julieta le envió a Mantua, y ninguno de los dos muere. En 'ilusión' no hay desencuentros ni despedidas. Todos llegan para quedarse. Todos te abrazan, sonrientes. Todos te necesitan y te quieren. Cuando en el planeta 'ilusión' es de noche, él, que jamás te dijo que necesitaba un tiempo para poner sus ideas en orden, él, que cada vez que estabas por dejar de quererlo aparecia un ratito con promesas y al dia siguiente barria sus huellas para que no supieras donde se habia ido. No es fácil llorar en un planeta y que tus lágrimas hagan borrar las rosas en el otro. Que en un planeta te amen, y en el otro NO. Pero no puedo cambiar las cosas, fundir los dos planetas. Sé que manteniendo este orden de dicha y de dolor sin mezclarlos, podre sobrevivir, como todos.